No hay que ser un experto en economía social para darse cuenta de que España, con la democracia, ha dado un salto cualitativo. De ser un país de emigrantes en tiempos del régimen dictatorial, con cerca de tres millones de personas que tuvieron la obligada necesidad de emigrar a los distintos países de Europa como Alemania, Francia, Holanda, Suiza, etcétera, a pasar a ser un país de inmigrantes, de personas con necesidades económicas. Eso demuestra que hemos prosperado en el bienestar general.
Pero seguimos con un gran defecto; el no tener memoria histórica. Conscientes de ser receptores de una masa ingente de inmigrantes de diferentes nacionalidades, que, como antaño los españoles, vienen a buscarse el pan, seamos solidarios y consecuentes para que no se den escenas inhumanas como los ejemplos de las pateras. El abuso laboral y otras lindezas por el estilo.
No seamos tan desmemoriados y repasemos mentalmente nuestra reciente pasada historia, para evitar en lo posible estas penosas y degradantes situaciones.

El medio es un producto del hombre, pero sí este medio no se racionaliza, el hombre termina siendo víctima del medio. El ser humano se divide, de la ambición social se da paso a la ambición personalista, en el esfuerzo por perpetuar la identidad de las cosas. Tal situación es el estado actual de las sociedades basadas en las economías neoliberales, donde las dos grandes causas de la degradación del hombre son la miseria y la riqueza. La crisis económicas que periódicamente provoca no hace más que demostrar que se vive, según la expresión del filosofo Fourier, “en un mundo al revés”, dándose la paradoja de que la miseria nace de la abundancia.
El ultra liberalismo económico es de naturaleza corrupta, con una infraestructuras que sustenta un mercantilismos absurdos y despiadado (multinacionales), que sólo educa al individuo en base al desarrollo de los sentidos, y de los que se trata es de que se desarrolle la sensibilidad en un comportamiento filantrópico. En estas sociedades en continuo antagonismo el hombre está en una situación de tara, pero no desde una perspectiva de tara física, sino desde una tara ética y moral. Esta situación miserable le convierte en un ser para sí, en un ser contemplativo, poniéndose de espaldas a la realidad objetiva. El neoliberalismo político y económico consiste en la explotación sistemática del hombre y la naturaleza en beneficio de unos pocos, en perjuicio del interés general.

Herejía es una idea contraria al dogma de fe de las distintas religiones, y en particular de la religión católica. Posición opuesta a los principios aceptados en determinadas materias.
Según la teología católica, concepción errónea en materia de fe de un elemento esencial de la revelación o rechazo voluntario de una verdad de fe definida como tal por la Iglesia.
Desde el pensamiento racionalista, la herejía es un concepto revisionista, critica los dogmas cerrados del pensamiento de los distintos campos del saber. La herejía desarrolla valores humanos basándose en la contradicción, en las premisas Tesis, el ser. Antítesis; el no ser. Síntesis; llegar a ser. Pensamiento desarrollado por los grandes librepensadores a lo largo de la historia, en el esfuerzo de llevar lo irracional, lo intolerante, a lo más cercano de la tolerancia, lo racional. Muchos fueron, por defenderlo, a la hoguera. Si admitimos el principio de que no hay verdades eternas, toda doctrina que se revela contra los cánones establecidos es tachada de herética. Ejemplos tenemos en Galileo Galilei, Miguel Servet, Giordano Bruno, Darwin, y un largo etcétera que últimamente han tenido el perdón terrenal por parte de la Iglesia Católica.
Una muestra clara lo tenemos en la novela histórica; El hereje, del ilustre escritor, Miguel Delibes.

No estaría de más recordar que la historia del cristianismo primitivo muestra curioso puntos de contacto con el movimiento obrero. Al igual que éste, el cristianismo era, en su origen, el movimiento de los oprimidos. Apareció al principio como la religión de los esclavos y de los libertos, de los pobres y de los hombres privados de sus derechos, dé pueblos subyugados o marginados por Roma. Ambos, tanto el cristianismo como el socialismo obrero, tienen en su base de predicación la liberación de la esclavitud y de la miseria del género humano. Los dos recorren caminos paralelos, el cristianismo plantea esta liberación en el más allá, en una vida después de la muerte, en el cielo; y el socialismo la sitúa en esta mundo, en una transformación de la sociedad. Ambos fueron perseguidos y acosados, sus partidarios proscritos y sometidos a leyes excepcionales, los unos como enemigos de género humano, y los otros como enemigos del Gobierno, de la religión, de la familia, del orden social. A pesar de todas las persecuciones, unos y otros se abrieron, victoriosamente, irresistiblemente, en su camino. Contribuyendo ambas doctrinas al desarrollo de la Teología de la Liberación. Reflexión social nacida del compromiso del cristianismo y del socialismo en la lucha contra la opresión, particularmente en América Latina.

Quién alguna vez no ha sido perjudicado por la burocracia pública administrativa, Seguridad Social, Ministerios de Justica, etc. Del abuso de autoridad de los funcionarios que se exceden en sus atribuciones.
El exceso de formulismos burocráticos es la plaga de los Estados modernos. La lentitud, la dejadez por sistema es algo inherente en toda burocracia jerarquizada que se rige por mandos intermedios. Todos en cualquier momento podemos ser burócratas. Generalizar no es bueno, por eso es conveniente hacer una matización, no es lo mismo una burocracia que una gestión descentralizada, donde los gestores son personas que tienden a liberarse de toda atadura mediática. Víctima de todo éste mundo kafkiano son las personas emprendedoras, con ilusión, con ánimos de crear nuevas empresas, acceder a una jubilación justa después de haber estado cotizando toda una vida. Todo son pegas, retrasos en concesiones de licencias de obras, de apertura, de cualquier índole social. En lo que no se racionalice la burocracia, si es que se puede racionalizar, y quienes la componen dejen de ser unas clases aparte, un corporativismo. Cuando se extinga por consunción los hábitos que obedecen a los privilegios de casta. Cuando se de paso a un nuevo orden donde la administración de los hombres de paso a la administración de las cosas. Sólo entonces él ser humano se habrá liberado del mayor de los absurdos que él mismo ha creado.
Óscar Wilde decía: la burocracia de Estado, es como un gigante, administrado por pigmeos

Hace unos días observé a los niños y niñas del barrio donde yo vivo, que estaban jugando, con edades comprendidas entre 8 y 10 años. De pronto apareció un perro vagabundo, típico animal abandonado producto de la sociedad de consumo, de usar y tirar. Los niños al verlo dejaron de jugar y se fueron hacia él, el perro con gran mansedumbre movía el rabo entre el “temor” y el “agradecimiento”, los críos se pusieron acariciarle, hacerle carantoñas, y a ofrecerle parte de sus meriendas, acto seguido le dejaron que siguiera su camino y se pusieron otra vez a jugar. Esta escena me hizo reflexionar, llevándome a pensar de qué los niños más que ofrecer al perro su cariño le ofrecieron su respeto, o una mezcla de ambas cosas. Cariño y respeto son dos cualidades que se deben diferenciar. Me dio la sensación de que los niños y niñas tuvieron esa intuición. El cariño sólo se debe de ofrecer a nuestros semejantes, a todo ser humano. A los animales más que quererles hay que respetarles, aunque sean animales de compañía. Estoy casi seguro, que si se les pudiera preguntar a los animales qué prefieren, que se les quiera o que se les respete; contestarían sin duda que se les respete como animales y seres vivos que son, con su particular especie, en su espacio vital. Pues el cariño no deja de ser un sentimiento específicamente humano. Mientras que el respeto es un concepto que se adapta a la universalidad de las cosas.
Soy consciente de que hay muchos niños que obran de la misma manera. Pero particularmente me siento orgulloso de los peques de mi barrio que se comportaron con gran sensibilidad. Como verdaderos niños maduros.

No se puede aterrorizar a un pueblo como el iraquí hospitalario con todo el mundo, culto y cosmopolita. Donde hace seis mil años nació la civilización humana, la lectura, la escritura. Cuna de las civilizaciones babilonias, con su ciudades milenarias, Babilonia, Nínive; Asiria, Ur, ciudad caldea, donde nació el patriarca hebreo Abrahán. En el Antiguo Testamento, El Génesis sitúa el Paraíso Terrenal (El Edén), en tierras de Mesopotamia, entre los ríos Éufrates y el Tigris, actual Irak. El monte Ararat donde se detuvo el arca de Noé, después del Diluvio Universal.
Con su capital Bagdad donde floreció la literatura, los cuentos más bellos que jamás se han podido escribir; Scherezade, Las Mil y Una Noche, Simbad el marino, Aladino y la Lámpara Maravillosa. Como se puede consentir tanta barbarie contra tanta cultura. Está cruel invasión les está llevando a la Edad Media, les están aplicando el derecho de pernada, donde nunca hubo terrorismo islámico, con la invasión ilegal, ahora lo hay.
No hay dictador, por muy tirano que sea, que justifique este genocidio desde el Estado de Derecho.