domingo, 19 de diciembre de 2010

C I T A S 1º

(El capitalismo es de naturaleza corrupto. La sociedad capitalista basada en el mercantilismo educa al individuo
en base al desarrollo de los sentidos, y de lo que se trata es de que el hombre desarrolle la conciencia).

(El dinero como mercancía que es sirve de medio entre las relaciones de las personas).

(Occidente no come para no enfermar (estéticamente). Oriente enferma y muere por no comer).

(Pasar de la pobreza a la riqueza no es más que cambiar de miseria).

"Hacer el loco una vez es cosa tolerable". (San Agustín).

"La tontería es la planta que mejor se desarrolla". (Manuel Azaña).

(El marxismo, es la síntesis de las grandes intuiciones de los clásiscos griegos,
pasando por toda filosofía desde el siglo XVI a nuestros días).

(Capitalismo, régimen económico especulativo).

(Socialismo, régimen social racionalizado).

(Dejar de interpretar para transformar, un ejemplo, la Naturaleza no se interpreta se transforma).

(Protágoras: filósofo griego, (Abdera 486-410 a. de n.e.). Afirmaba que el hombre es la medida de todas las cosas).

(Desayunar; como un emperador, comer; como un burgés, cenar; como un mendigo). "Don Quijote".

(La diligencia es una virtud que se vuelve un vicio en las prisas). "Marañon".

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Necesidad comprendida

Se suele abusar de las palabras producto del desconocimiento de conceptos, como pueden ser, democracia, libertad, e igualdad. Cojamos el ejemplo de Democracia; acuñada en la antigua Grecia por Demóstenes y Pericles. Del griego demos, pueblo, y cracia, autoridad, “según su etimología soberanía del pueblo”

Otro tanto lo tenemos con el concepto de libertad, la libertad sólo puede darse en la satisfacción de la necesidad. El principio materialista de la historia tiene su base en la premisa; la necesidad sólo es ciega mientras no se la comprende y la libertad no es otra cosa que el conocimiento de la necesidad. Comprendiendo la necesidad entramos en el reino de la libertad. La libertad es la posibilidad de vivir acorde con la moral impuesta por las realidades concretas de cada individuo en cada época y circunstancias. Toda moral no es sino la justificación de una necesidad, entendiendo por necesidad el exponente máximo de la realidad, porque la realidad se hace patente al hombre cuando necesita satisfacer sus más perentorias necesidades, ya sean individuales o sociales, que han hecho surgir de la mente de los hombres la idea de la moral. De lo que se deduce, que es la satisfacción de las necesidades vitales y elementales, (como el tener un puesto de trabajo que le asegure unos ingresos económicos para poder comer, vestir, educación, cultura, etc.,), en los hombres, es lo que hace que la libertad y la moral pasen de ser conceptos abstractos, a ser concretos, a una realidad objetiva. Donde la ética y la libertad dejan de ser ciegas al comprenderlas. En un ámbito de racionalidad que de paso a una justicia que redunde en todos con igual de oportunidades de deberes y derechos, haciéndose humana.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Vanidad de vanidades

Vanitas Vanitatum, Et Omnia Vanitas. (Vanidad de vanidades, todo vanidad). Palabras atribuidas a Salomón, tercer rey de los hebreos, hijo y sucesor de David. Inspiradas en el libro bíblico Eclesiastés, que subraya el carácter precario de la vida, todo es vanidad.
Vanidad, calidad lo vano en orgullo inspirado en un alto concepto de las propias cualidades o méritos, con un deseo excesivo de ser bien considerado y alabado. En el concepto que deplora el vacío y la nada de las cosas de esta vida. Convencionalismos faltos de sencillez y naturalidad, llenos de afectación, prejuicios y apariencias de una estética que evoca la caducidad de la vida.
Otra frase no menos lúcida del sabio Salomón, Vae solí (ay del hombre solo). Que señala la posición desgraciada del hombre aislado, abandonado a sí mismo. Más vale dos que uno solo, porque logran mejor fruto de su trabajo. Si uno cae, el otro le levantó, pero ¡ay del solo que si cae no tiene quien le levante! Duros de cerviz, no hemos cambiado nada, contagiados de un hedonismo frívolo en su superficialidad. La vanidad de la época de Salomón sigue vigente, en nuestros días.

viernes, 1 de octubre de 2010

Renovarse o morir

La inmortalidad, la perfección, la infinitud, los dioses, en una palabra lo absoluto, son conceptos idealizados del ser humano primitivo, donde el mito impera sobre el logos (racionalismo), primero fue el mito y luego el logos. El comprender las sensaciones, las percepciones del mundo exterior. En el hombre vence el subjetivismo, pues no deja de ser un sujeto, pero ese subjetivismo mal enfocado y analizado le aparta del camino objetivo y real. Es la vida con sus asombrosas transformaciones siempre muriendo en apariencia y renovándose hasta lo infinito. Es la materia que vive por la fuerza que reside en ella con absoluta unidad, sin separación ni dualidades.
Haciendo alusión a una metáfora de la Araña Negra de Vicente Blasco Ibáñez; aquel resplandor de incendio de que parecía empapado el horizonte (consecuencia del reflejo de los rayos solares), entusiasmaba al liberal revolucionario. Mira Pedro, mira bien. Ese incendio del cielo es la imagen del porvenir. El fuego todo lo purifica, y en la actualidad resulta el único remedio. Sé muy bien que Torquemada sentía estas ideas y las aplicaba a favor de la reacción. Pues bien, el mundo necesita hoy un Torquemada en sentido inverso, que queme al presente, no en nombre del pasado, sino en el del porvenir. Una inquisición que respete a las personas, pero que convierta en cenizas todas las instituciones caducas del presente, ¡he ahí el más bello porvenir para la humanidad!

viernes, 3 de septiembre de 2010

Sabia respuesta

Un día le preguntaron al que fue uno de los mejores alcaldes que ha tenido la Villa de Madrid, el viejo profesor, don Enrique Tierno Galván; entre libertad e igualdad a cuál de estos dos conceptos le daría prioridad. El viejo profesor sin pensárselo contestó con la respuesta más inteligente que se podía dar; para llegar a la verdadera libertad hay que pasar primero por la igualdad. El Enrique Tierno individualista hubiera contestado que lo primario es la libertad. Pero el Tierno Galván comprometido y solidario con sus semejantes respondió de la única forma que se puede desde el instinto social humano; lo primero es la igualdad, y como reflejo de ella, aflora la libertad bien entendida. Hoy por hoy se conoce la libertad individual prostituida, en detrimento de la igualdad, enajenada en el poder económico, político e ideológico.
Es en el cuerpo social donde el hombre genérico puede desarrollar todas sus aptitudes y libertades, pero como ser aislado se pierde en su esencia humana. En cuanto que el hombre como individuo es mortal de necesidad. Lo que es eterno e inmortal es la especie o género.

lunes, 2 de agosto de 2010

Desde la naturalidad

El hombre es un ser de necesidad, en cuanto va resolviendo esa necesidad presente se va humanizando a través de la necesidad comprendida y transformada en libertad, el instinto natural debería de llevarlo a ello, pero la realidad es muy diferente.
Los individuos inmersos en la sociedad de consumo suelen confundir la necesidad con la extravagancia. La búsqueda del deleite por el deleite trastorna los sentidos. Entrando en una metáfora surrealista donde se trastocan los sentidos que son a su vez metamorfoseados en un ideal en los placeres veleidoso. “La extravagancia surrealista, vivimos en unas sociedades de antojos, manías, que llevan al atropello, al abuso de los más débiles”, y si el hombre se aferra a esa manías, su esencia humana se enajena y se pierde en la estrechez, en una miseria en los sentidos.
Hay personas que piensan que no hay más formación que la formación religiosa. Ignorando que a lo largo de la historia de la humanidad el hombre ha sido capaz de atisbar unas morales naturales, unas éticas basadas en la naturaleza humana.
Desde una educación laica, las obligaciones y los derechos humanos se pueden y se deben fundamentar en una virtud de igualdad y libertad, siendo el reflejo de un humanismo empírico, y a su vez racional.

jueves, 1 de julio de 2010

Eclecticismo de moda

Qué manía de negar lo evidente. Ahora se ha puesto de moda el sentido común, de tendencia ecléctica, que sólo demuestra ser el menos común de los sentidos. El eclecticismo oportunista abusa de elegir lo mejor de cada doctrina filosófica y política para meterlo todo en una coctelera, y hacer una mezcla de la que no sale nada nuevo, y sí mucha estética de la confusión. A estas alturas han aparecido voces con mucha intelectualidad que van pregonando con un desprecio olímpico que no saben lo que es la derecha ni la izquierda política. Estos señores conservadores con toda su ignorancia de la historia no saben, (o no quieren saber), que un año después de la Revolución Francesa, en la asamblea de 1790.1800, se crearon los términos derecha e izquierda; en la que los conservadores, representantes de los privilegios de la aristocracia, y la burguesía naciente, y los reformistas que representaban los derechos de las clases trabajadoras, se sentaban a uno y otro lado del presidente de la Cámara.
Los conservadores no se cansan de decir que los conceptos derecha e izquierda están superados, anacrónicos, en su propia decadencia histórica se ven obligados a decirlo, puesto que es inherente en ellos negar el cambio, lo utópico. Últimamente aprovechandose de la crisis económica intentan hacernos creer que con su política neoliberal son los verdaderos defensores de los intereses de los trabajadores. Las ideologías de derechas conservadoras como buenos dogmáticos, niegan el devenir procurando su perpetuación en la aplicación de su filosofía fijista. De lo que se trata es que tanto la derecha como la izquierda sufran una transformación de síntesis, en el llegar a ser, en la constitución de un hombre nuevo que le saque de la estrechez animal en que se encuentran, social y políticamente hablando.

martes, 1 de junio de 2010

Si nos ponemos a reflexionar sobre la sociedad capitalista, desde el punto de vista del instinto social, nuestro sentido común nos dirá que el capitalismo es un régimen social injusto. Como todos sabemos esta sociedad lleva implícito en sí, en su naturaleza, las desigualdades, las injusticias sociales, etcétera. Pero si nos hacemos la misma pregunta desde otro nivel cuantitativo, como puede ser el instinto individual, y si esta persona que se hace la pregunta tiene una posición o función social privilegiada, en su reflexión como individual se contestará que en esta sociedad le va bien y por lo tanto para él es el mejor de los mundos posibles. Esta forma de pensar le lleva a dos respuestas antagónicas, desde el instinto social el capitalismo es malo e injusto y desde el instinto individual es bueno. Cómo se resuelve esta contradicción.
Este sujeto, desee su individualismo acomodado, se encuentra con que frente a él existen semejantes que no participan de los mismos privilegios o derechos, llámense, económicos, sociales y culturales. Según la ley de los contrarios, o sistema filosófico de Hegel, el sujeto en cuestión se transforma en tesis: el ser; su semejante, en antítesis: el no ser; este silogismo se resuelve en la premisa síntesis: llegar a ser.
La síntesis como premisa en un grado superior cualitativo disuelve el antagonismo de unidad de contrarios y a estos individuos que un principio estaban separados en su esencia humana, motivados por una falsa conciencia de sus realidades, salen de su abstracción para convertirse en algo concreto, en seres objetivado. El instinto individual queda realizado, dentro y no fuera del instinto social, verdadera conciencia, cumpliéndose la máxima de pasar del reino de la necesidad al reino de la libertad. La dialéctica, como ciencia filosófica, nos ayuda a comprender la realidad inmediata para así poder transformarla.

sábado, 1 de mayo de 2010

Existencialismo

La esencia y la existencia son dos conceptos filosóficos que se aplican a una realidad objetiva, la primera al conjunto de las cosas, a todo lo que existe, y la segunda a los seres humanos en particular. Entendemos como esencia: aquello de lo que algo consta, es decir la naturaleza de una cosa. Pero según Sartre, el hombre no tiene una naturaleza innata. Por tanto el hombre tiene que crearse a sí mismo. Tiene que crear su propia naturaleza o esencia porque esto no es algo que venga dado de antemano.
Existencia: lo que se interroga sobre la noción de ser a partir de la existencia vivida por el hombre. No se entiende por existencia lo mismo que por “ser”, pero no tiene que preocuparse por lo que esto significa. El hombre es el único ser vivo que es consciente de su propia existencia. Las cosa físicas solamente son “ellas mismas”, pero el ser humano también es “para él mismo”. La conciencia no es nada en sí mismo antes de percibir algo, y ese “algo” es tanto nuestra propia aportación como la del entorno. Vivimos en una sociedad de mitos, de mistificaciones y a su vez desmitificadas con unos valores desvalorizados, en un absoluto caos en las ideas. En una sociedad donde el mercantilismo se adora como la mayor divinidad con sus sanedrines convertidos en políticos. El valor ético y moral, como reflejo de la existencia, no es más que la inteligencia humanística puesta al servicio de la efectividad. Porque existe un “tú”, existe el “yo”. La existencia del otro es también la condición necesaria indispensable que posibilita la vivencia humana y social.
Para que la existencia del otro pueda realizarse tiene que darse ciertas condiciones precisas y duraderas tanto del espíritu (del sistema de valores, de la simbólica), como de la acción (las instituciones políticas, los medios económicos y culturales).

jueves, 1 de abril de 2010

Un tótem enajenador

El dinero es uno de los elementos que más enajenan, y deshumanizan al hombre. Es el fetiche que todo lo que toca lo convierte en mercancía, en su contrario. Por ejemplo, una manzana tiene un valor de uso, satisface una necesidad. La manzana en cuanto valor de satisfacción en el hombre entra en la categoría humana, en cierto modo se humaniza. Pero cuando dicha fruta es tocada por el dinero pierde todo su valor de uso humano para convertirse en una simple mercancía, como mercancía se privatiza, sólo se puede acceder a la manzana a través del peculiar tótem llamado dinero.
Como erróneamente se cree, el dinero no es una necesidad, es un valor de cambio, la mayoría de las veces lucrativo. Se hace uso de él, entre otras cosas, para limpiar la conciencia como óbolo en la función de caridad hacia los “semejantes” menos favorecidos. Es como la lámpara maravillosa, de la ambición sana saca la codicia. Citando a Shakespeare; convierte todo en su contrario, a las vírgenes las convierte en putas, y a los honrados en ladrones. Transformado en mercancía es usado en transacciones especulativas arrastrando a los hombres a la mayor avidez competitiva a través de la Bolsa Mercantil. Los más osados medran a costa de los más débiles o menos decididos, de la noche a la mañana unos se enriquecen en perjuicio de los menos afortunados, eso sí, todo legal, con sus leyes y normas que advierten que es lícito competir sin salirse de los cánones establecidos (en base a la idea calvinista de la predestinación). Cuando el género humano tome conciencia del culto que se le profesa al tan singular fetiche lo desmitificara dándole el valor que se merece, como un simple objeto de cambio cuya misión será el ser participe en las relaciones entre los hombres, como intercambio de mutuo beneficio.

martes, 2 de marzo de 2010

Estado y Gobierno

En los regímenes con sistemas económicos de libre mercado, se suele confundir Estado con Gobierno. El Estado en su conjunto tiene su razón de ser en los ciudadanos, en todo el conjunto de individuos que lo componen. Desde el punto de vista en lo referente en política social no se puede simplificar, todo es más complejo y con grandes matices. Estamos acostumbrados a pensar que el Gobierno de turno es la panacea de todas las soluciones, no confundamos Estado con Gobierno; El Estado es una entidad burocrática, en particular, El Estado de libre mercado, (capitalismo económico), sus verdadero beneficiarios no es el pueblo soberano como nos quieren hacer creer, los auténticos dueños son profesionales de las finanzas de capitales acumulados de toda clase de riquezas que pululan por el solar patrio, la banca, las oligarquías, el poder financiero especulador, y en tiempos pasados, las dictaduras personalistas de carácter militar. El Gobierno no deja de ser un mero órgano ejecutivo, cuya misión es gestionar las riquezas de la finca, que es el Estado, con toda su maquinaria burocrática, y la anuencia de sus verdaderos amos y señores. Todos los bienes deberían estar a disposición de los verdaderos productores, las clases trabajadoras conscientes de sus derechos y obligaciones, reflejo de ello serian beneficiados los que por su edad o enfermedad ya no pueden producir ni crear riqueza, el ser solidario con los más desfavorecidos.
Desde un concepto global, la realidad de estas sociedades interclasistas, donde individuos elitistas, dueños de almas y haciendas no les interesa que nada cambie, en su provecho egoísta. Ya lo dijo Lampedusa; hay que cambiar las cosas, para que se queden como están.

lunes, 1 de febrero de 2010

El cuerpo humano; se compone, aproximadamente, de 800 millones de células, el cerebro de 100 millones de neuronas y cien mil millones de interconexiones neuronales.
El oído, 24 mil millones de filamentos que vibran para producir el sonido.
500 músculos, 200 huesos y 7 mil nervios sincronizados.
Pulmones, 6000 millones de alvéolos purifican el aire que respiramos.
Corazón, 36 millones de latidos al año. Cien mil kilómetros de venas y arterias que llevan más de 2 millones de litros de sangre al año.
Sangre en el cuerpo aproximadamente 4 litros pero contienen 22 millones de células sanguíneas, y en cada célula hay muchas moléculas y en cada molécula hay un átomo que oscila más de 10 millones de veces por segundo.
Cada día mueren 2 millones de células en el cuerpo y son reemplazadas por 2 millones más.
En el cerebro hay 4 millones de estructuras sensibles al dolor, 500 mil detectores táctiles y 200 mil detectores de temperatura.
Sobre el esqueleto; los huesos contienen calcio y fósforo. La parte más fuerte es la de fuera. Dentro de los huesos largos hay una sustancia blanda, que es la médula ósea, conectada con el aparato circulatorio, y que produce glóbulos rojos y blancos.
Un trocito de hueso puede soportar un peso de 9 toneladas sin romperse. El mismo peso destrozaría un trozo de cemento del mismo tamaño. El hueso más largo es el fémur (46 cm), y el más pequeño el estribo del oído (2,5 mm, la punta de un lápiz).
Los dientes, de los cuales 8 son incisivos (para cortar), 4 caninos o colmillos (para desgarrar), 8 premolares y 12 molares (para masticar).
Los dientes se deterioran más fácilmente durante los primeros 25 años de vida. El esmalte maduro es más resistente. Algunos bebes han nacido con la dentadura completa, como el rey Luis XVI.
Las cuatro últimas muelas se llaman del juicio y no la llegan a desarrollar algunos mayores (25 años).

viernes, 1 de enero de 2010

Ciencias y humanidades

Desde la lógica humanística, distintos magisterios, tantos laicos como religiosos, admiten sin ningún reparo la actividad creativa de las ciencias, las tecnologías, todo progreso científico que el neoliberalismo ha desarrollado. En el campo de las humanidades es otro cantar, es el reverso de la medalla, donde el mundo de las alienaciones campa por sus respetos en perjuicio de los valores humanos. El capitalismo económico entra en contradicción al divorciarse de las ciencias propiamente humanas, careciendo de la ética moral que conlleva el desarrollo de las cualidades esenciales del hombre. Lo mismo les ocurrió a todas las demás sociedades interclasistas que nos han precedido.
Desde el conocimiento de las humanidades, al neoliberalismo, se le hace una crítica demoledora, pero a la vez constructiva, metiendo el dedo en la llaga, desenmascarando todo el proceso en la educación en las escuelas privadas como públicas de las materias intelectuales, históricas y filosóficas que son impartidas, y que en sus manos se convierten en privilegio de unos pocos, entrando en el ámbito especulativo de los valore culturales, como mera mercancía, en su propio beneficio, produciéndose en la sociedad una esquizofrenia, una división sociocultural empobrecida al crearse una competencia desleal que sólo favorece a las clases adineradas.
Mientras que la ciencia con todo su bagaje, su desarrollo tecnológico no vaya a la par con las humanidades, el hombre, genéricamente hablando, no se encontrará consigo mismo. Encontrándose perdido en su esencia, de espaldas al realidad presente y futura.