miércoles, 3 de noviembre de 2010

Vanidad de vanidades

Vanitas Vanitatum, Et Omnia Vanitas. (Vanidad de vanidades, todo vanidad). Palabras atribuidas a Salomón, tercer rey de los hebreos, hijo y sucesor de David. Inspiradas en el libro bíblico Eclesiastés, que subraya el carácter precario de la vida, todo es vanidad.
Vanidad, calidad lo vano en orgullo inspirado en un alto concepto de las propias cualidades o méritos, con un deseo excesivo de ser bien considerado y alabado. En el concepto que deplora el vacío y la nada de las cosas de esta vida. Convencionalismos faltos de sencillez y naturalidad, llenos de afectación, prejuicios y apariencias de una estética que evoca la caducidad de la vida.
Otra frase no menos lúcida del sabio Salomón, Vae solí (ay del hombre solo). Que señala la posición desgraciada del hombre aislado, abandonado a sí mismo. Más vale dos que uno solo, porque logran mejor fruto de su trabajo. Si uno cae, el otro le levantó, pero ¡ay del solo que si cae no tiene quien le levante! Duros de cerviz, no hemos cambiado nada, contagiados de un hedonismo frívolo en su superficialidad. La vanidad de la época de Salomón sigue vigente, en nuestros días.