sábado, 1 de noviembre de 2008

Cristianismo y socialismo

No estaría de más recordar que la historia del cristianismo primitivo muestra curioso puntos de contacto con el movimiento obrero. Al igual que éste, el cristianismo era, en su origen, el movimiento de los oprimidos. Apareció al principio como la religión de los esclavos y de los libertos, de los pobres y de los hombres privados de sus derechos, dé pueblos subyugados o marginados por Roma. Ambos, tanto el cristianismo como el socialismo obrero, tienen en su base de predicación la liberación de la esclavitud y de la miseria del género humano. Los dos recorren caminos paralelos, el cristianismo plantea esta liberación en el más allá, en una vida después de la muerte, en el cielo; y el socialismo la sitúa en esta mundo, en una transformación de la sociedad. Ambos fueron perseguidos y acosados, sus partidarios proscritos y sometidos a leyes excepcionales, los unos como enemigos de género humano, y los otros como enemigos del Gobierno, de la religión, de la familia, del orden social. A pesar de todas las persecuciones, unos y otros se abrieron, victoriosamente, irresistiblemente, en su camino. Contribuyendo ambas doctrinas al desarrollo de la Teología de la Liberación. Reflexión social nacida del compromiso del cristianismo y del socialismo en la lucha contra la opresión, particularmente en América Latina.

2 comentarios:

Oscar dijo...

Es cierto, Angel. En la iglesia hay muchas corrientes. Seguro que hay gente que se sorprende de la existencia de comunistas en las filas del Señor. Buen post, felicidades.

Oscar dijo...

Angel, voy a matizar mis palabras. Donde dije comunistas, digo marxistas. Tú sabes por qué hago esta rectificación.

Saludos