martes, 30 de septiembre de 2008

Asignatura pendiente

Sobre la agresividad de los escolares: qué se les puede pedir a los jóvenes instalados en su propia desorientación, reflejo de una sociedad competitiva en el mayor grado, carente de valores éticos, donde la educación en humanidades brilla por su ausencia. El único referente en su motivación es la cultura del pelotazo adornada con el perfil fetichista del consumir por consumir. Bombardeados constantemente con toda clase de telefilms violentos. Donde la propia educación escolar es discriminatoria, polarizada en pública, frente a la privilegiada privada.
Todos los jóvenes, a mi parecer, en edad escolar tienen una asignatura pendiente. Apelo al Ministerio de Educación y Cultura. Sería muy conveniente crear un convenio de cooperación con el Ministerio de Salud para que se aprueben unas jornadas periódicas dirigidas a niños y niñas de preescolar, acompañados de sus profesores, hagan visitas a hospitales y residencias geriátricas. Esta experiencia de compartir un tiempo con sus mayores y enfermos les serviría para apreciar más los valores humanos, a comprometerse, en el altruismo hacia sus semejantes menos favorecidos, a su vez desarrollando una educación existencial que les enseñe la estética de envejecer con armonía, a evitar en lo posible, las enfermedades, y a considerar la muerte dentro de una ley natural, sin traumas.
La juventud es buena por naturaleza, y si es producto de su “yo” y sus circunstancias, hay que crear entornos humanamente justos y racionales. Jóvenes desilusionados que vuelcan toda su frustración contra los que menos culpa tienen, sus propios compañeros, sus profesores, sus educadores.

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