lunes, 2 de marzo de 2009

Un derecho constitucional

En el artículo 35 de nuestra Constitución; dice. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, la promoción a través del trabajo y una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.
El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía Política. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda vida humana. Que lo es en tal grado que hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre. El hombre como ser de necesidad que es, satisface esa necesidad a través de la naturaleza, pero para llegar a ella necesita un móvil, ese móvil es su fuerza de trabajo. Los utopistas del siglo XIX, y en particular Saínt-Simón sienta ya, en sus Cartas ginebrinas, la tesis de que “Todos los hombres deben trabajar”. Sin quedarse a la zaga el filántropo Fourier, filósofo y sociólogo francés; fue el primero en proclamar el grado de emancipación de la mujer y el hombre en una sociedad es la medida de la emancipación general en el empleo libremente consentido. Poniendo hincapié en la paradoja de que en la civilización, la pobreza que es directamente proporcional a la falta de puestos de trabajo brota de la misma abundancia.
Procuremos, entre todos, que este artículo 35 de la Carta Magna, no se quede en letra impresa.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Hi,

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