martes, 3 de marzo de 2009

Pobre hermana foca

Por esta época, todos los años, se repite la matanza indiscriminada, por intereses económicos, de estos pobres animales, bebés focas. Uno llega a la conclusión de que el hombre es un animal racional con el peor de los bajos instintos en su comportamiento hacia los demás animales. Todos los animales irracionales tienen en el hombre el mayor de los depredadores, pero no por el hecho de la pura necesidad que nos dicta la madre naturaleza, el comer para nuestra supervivencia. No nos engañemos, el motivo real de estas crueles matanzas de bebés focas no está en el agotamiento de los caladeros del bacalao, y sí en la demanda de la peletería y la cosmética.
Como depredadores, somos mucho más refinados, en el caso concreto de las focas, hasta más selectivos, eligiendo y matando a sus crías porque la demanda exige que su piel y sus vísceras sean más finas y de mejor calidad. Ya se sabe que el cliente es el que manda, ¿Pero quiénes son estos potenciales clientes? Hombres y mujeres que en su ego estúpido buscan un estilo de vida que les diferencie de sus semejantes en la clase social, en su pose ante los demás. A ver si algún día, a estos individuos/as elitistas, tan aficionados a las pieles y cremas de lujo, se les desarrolla la sensibilidad humana y toman conciencia de que con su pretendida y decadente función social están provocando, indirectamente, una vergonzosa matanza con estos animales.
Qué mejor momento para recordar a san Francisco de Asís: pobres hermanas focas.

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