sábado, 1 de mayo de 2010

Existencialismo

La esencia y la existencia son dos conceptos filosóficos que se aplican a una realidad objetiva, la primera al conjunto de las cosas, a todo lo que existe, y la segunda a los seres humanos en particular. Entendemos como esencia: aquello de lo que algo consta, es decir la naturaleza de una cosa. Pero según Sartre, el hombre no tiene una naturaleza innata. Por tanto el hombre tiene que crearse a sí mismo. Tiene que crear su propia naturaleza o esencia porque esto no es algo que venga dado de antemano.
Existencia: lo que se interroga sobre la noción de ser a partir de la existencia vivida por el hombre. No se entiende por existencia lo mismo que por “ser”, pero no tiene que preocuparse por lo que esto significa. El hombre es el único ser vivo que es consciente de su propia existencia. Las cosa físicas solamente son “ellas mismas”, pero el ser humano también es “para él mismo”. La conciencia no es nada en sí mismo antes de percibir algo, y ese “algo” es tanto nuestra propia aportación como la del entorno. Vivimos en una sociedad de mitos, de mistificaciones y a su vez desmitificadas con unos valores desvalorizados, en un absoluto caos en las ideas. En una sociedad donde el mercantilismo se adora como la mayor divinidad con sus sanedrines convertidos en políticos. El valor ético y moral, como reflejo de la existencia, no es más que la inteligencia humanística puesta al servicio de la efectividad. Porque existe un “tú”, existe el “yo”. La existencia del otro es también la condición necesaria indispensable que posibilita la vivencia humana y social.
Para que la existencia del otro pueda realizarse tiene que darse ciertas condiciones precisas y duraderas tanto del espíritu (del sistema de valores, de la simbólica), como de la acción (las instituciones políticas, los medios económicos y culturales).