miércoles, 1 de diciembre de 2010
Se suele abusar de las palabras producto del desconocimiento de conceptos, como pueden ser, democracia, libertad, e igualdad. Cojamos el ejemplo de Democracia; acuñada en la antigua Grecia por Demóstenes y Pericles. Del griego demos, pueblo, y cracia, autoridad, “según su etimología soberanía del pueblo”
Otro tanto lo tenemos con el concepto de libertad, la libertad sólo puede darse en la satisfacción de la necesidad. El principio materialista de la historia tiene su base en la premisa; la necesidad sólo es ciega mientras no se la comprende y la libertad no es otra cosa que el conocimiento de la necesidad. Comprendiendo la necesidad entramos en el reino de la libertad. La libertad es la posibilidad de vivir acorde con la moral impuesta por las realidades concretas de cada individuo en cada época y circunstancias. Toda moral no es sino la justificación de una necesidad, entendiendo por necesidad el exponente máximo de la realidad, porque la realidad se hace patente al hombre cuando necesita satisfacer sus más perentorias necesidades, ya sean individuales o sociales, que han hecho surgir de la mente de los hombres la idea de la moral. De lo que se deduce, que es la satisfacción de las necesidades vitales y elementales, (como el tener un puesto de trabajo que le asegure unos ingresos económicos para poder comer, vestir, educación, cultura, etc.,), en los hombres, es lo que hace que la libertad y la moral pasen de ser conceptos abstractos, a ser concretos, a una realidad objetiva. Donde la ética y la libertad dejan de ser ciegas al comprenderlas. En un ámbito de racionalidad que de paso a una justicia que redunde en todos con igual de oportunidades de deberes y derechos, haciéndose humana.
1 comentarios:
Hoy, cansado de ver el programa de la 1 de Televisión, ofrecido entre las 2,30 y las 3 de la tarde, no he podido evitar exclarar: ¡Esto es vergonzante! Siempre lo ha sido. Para mí es pornografía de salón o algo así.
Pero ahora, en plena crisis, es algo peor: sólo sirve a los intereses más bajos del ser humano. Sirve al ediosamiento de acaudalados, de manera que tal programa lo conforman modelos de salón, nuevos ricos, divorciados, ¡muchos divorciados! Mayoría no son dignos de imitadores.Los humanso a imitar están fuera de este tipo de programas.
Sobre todo si está hecho por una televisión pública.
Hablar del amor como mercancía es denigrante. Vergüenza debiera darles a muchos de los que le conforma de expandir fundido con AMOR el egoísmo.
Parecería que el sacrosanto enuncia "libertad" en la menera que ellos lo hacen, implicaría que toda la sociedad a quien va dirigido viviera como ellos; cosa que, me atrevería a decir, por gracia -no por desgracia- la mayoría de esta sociedad vive dentro de una vida más ordenada y menos dada tal desorden.
Que hablen de sus negoicios matrimoniales, de sus vicios y pasiones; pero que, ¡por favor! no lo hagan a través de una televisión pública...ofendan al AMOR con maúsculas, ni expandan tan malos ejemplos como los que a diríao, en tal program se divulgan: No tosos los españoles somos modélicos. Afortunadamente, los modelos a imitar están donde deben de estar: en el orden que una sociedad democrática -igualdad para todos- ajena a tales frivolidades, trabaja, produce y sufre...
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