viernes, 10 de octubre de 2008

Época del níscalo

Estamos en época del níscalo (Lactarius deliciosus) llamado rovelló en catalán, y esne gorri en euskera. En la ciencia de la micología es una de las setas más populares, las lluvias del otoño le traen como regalo de la naturaleza. Su color rojizo naranja junto con sus otras características le hace inconfundible, dando confianza, en la seguridad de que no es tóxico. De ahí que la mayoría de los mortales, legos en la materia, le elijan sin ningún temor haciendo caso omiso, pero respetando a los demás hongos que pululan en su alrededor.
Llegando el otoño la gente se lanza a los bosques de coníferas a escudriñar palmo a palmo el terreno para descubrirle como trofeo caído del cielo. La pena es que en nuestra inexperiencia recolectora dañamos su ecosistema, socavándolo y trillándolo, provocando a su vez la esterilidad e infecundidad en el terreno en perjuicio de todos. Hagamos un esfuerzo para evitar tu extinción. Que su fin último siempre sea el guiso de patatas con su nombre, amén de otros condimentos.

El mito de pandora

La mitología griega peca en exceso de machismo, como toda mitología o religión basada en el patriarcado: a través del dios Zeus en venganza por la traición de Prometeo, por haber robado el fuego y cediéndoselo a los hombres. Zeus ordenó a Hefesto, el dios de las artes de la forja, que creara una mujer que fuese el chivo expiatorio de todos los males, que con el poder de sus encantos fuese capaz de castigar al género humano y ocasionarle su ruina. A Pandora, la mitología machista nos la hace ver como la primera mujer responsable de la venida del mal a la Tierra. ¡Qué coincidencia!, esto recuerda el Génesis con la pérfida Eva.
Pandora, agraciada con todos los dones, fue enviada entre los mortales con una caja que contenía todos los males que se pueden conocer. Abriéndola, se esparcieron sobre la Tierra, que dando únicamente en el fondo de la caja la esperanza. Este mito se conoce como la caja de Pandora. Si tomamos al pie de la letra esta leyenda mitológica el género humano lo tiene muy difícil. Debemos tener presente que en la caja quedó la esperanza como confianza de lograr o de que se realice lo que deseamos. Teniendo como base esta virtud, el ser humano tiene que esforzarse mucho para que todos los males que nos dejó Pandora vuelvan a entrar en la caja y, sin pérdida de tiempo, cerrarla bajo el número mágico cabalístico de siete llaves para a continuación tirarla al fondo del mar.

lunes, 6 de octubre de 2008

El moscardon

Hace unos 2500 años, Sócrates dijo que él era el moscardón que se dedicaba a picar el caballo apático, refiriéndose a la sociedad ateniense, para mantenerlo vivo.
En el siglo XXI algo parecido les está pasando a los países desarrollados: un moscardón socrático con la sigla tercermundista está picando las conciencias de los individuos, haciéndoles despertar del sopor de una existencia despilfarradora.
Occidente no come para no enfermar estéticamente, y Oriente enferma y muere por no comer.

sábado, 4 de octubre de 2008

El "Yo" y el "Ello"

Vivo en una contradicción entre el “Yo” y el “Ello”. El “Yo” consciente me dice que debo de manifestarme por la Paz, ser solidario con personas que no conozco, ser un idealista. Pero el “Ello” inconsciente me dice, qué gano yo con está aptitud. Las guerras que a mí no me afectan ayudan a sostener mi estilo de vida que yo con mi esfuerzo me he creado. Yo necesito vivir, los demás me importan muy poco. Estas guerras a los codiciosos nos vienen muy bien, nos traen pingües beneficios, porque cualquier guerra en que no haya un botín, petróleo, gas, todas clase de riquezas que expoliar para mí no me sirven, no tiene sentido. Mientras que esta guerra contra el pueblo iraquí, y otra tantas guerras, me aseguran unas materias primas, unas energías que harán mover mis coches, harán funcionar la calefacción de mi primera vivienda y la del chalet de la sierra, la energía eléctrica par mi alumbrado, mis ingresos en metálico se van a multiplicar en la especulación que tengo en bonos y las acciones en bolsa. En una palabra tengo todo el derecho de tener comodidades, lo siento por los demás, siempre han habido ricos y pobres, ese no es mi problema. A mí me han educado en la sociedad del bienestar, en el consumismo. Yo soy un privilegiado, un elegido. Animo a que haya muchas fotos de las Azores que se dediquen a invadir países socialmente pobres, pero ricos en materias primas. Son los salvadores de mi holgada, y holganza privilegiada vida. Soy un miserable egoísta, un filibustero.
Me descubro a mí mismo que soy un horror de hombre, necesito volver a mi “Yo” consciente para que afloren mis mejores sentimientos.

jueves, 2 de octubre de 2008

Medicina

Trescientos años antes de nuestra era, el médico Hipócrates había reemplazado la superstición entonces reinante en el campo de la medicina por principios casi científicos y por una ética firmemente establecida, lo que hoy llamamos deontología basada en el juramento hipocrático.
Pero en el periodo de ignorancia que siguió a la caída del Imperio Romano esos conocimientos médicos fueron olvidados o perdidos. La higiene pública, tan querida de los romanos, fue completamente descuidada. Incluso durante el Renacimiento, a pesar del renovado interés por las enseñanzas de los griegos, la medicina progresó muy poco. El cuerpo humano y sus funciones era un libro cerrado. Los cadáveres eran sagrados y su disección estaba prohibida a los que deseaban estudiar la anatomía humana. Los primeros diseños anatómicos con ciertos visos de exactitud aparecieron publicados por Vesalio, célebre profesor de Anatomía, en Padua. Para obtener sus datos, en sus años de estudiante en París, hubo de robar lo cadáveres de los criminales ajusticiados. El verdadero progreso de la medicina, con la serie espectacular de descubrimientos transcendentales no se inicio hasta finales del siglo XVIII, es decir, hasta los albores de la Edad Contemporánea. Durante dicho siglo, una horrible epidemia de viruela se había ensañado por toda Europa dejando desfigurados a quienes había perdonado la vida. A finales de siglo, un médico londinense llamado Edward Jenner descubrió accidentalmente que la infección de viruela de las vacas inmunizaba contra la viruela humana. En el momento de su muerte, en 1823, su vacuna era ya famosa en el mundo entero.
Cuán importante es la toma de consideración en las donaciones voluntarias de nuestros órganos, sin olvidar ser solidarios en la donación de sangre, para posibles enfermos que necesiten de un trasplante. Como donar nuestro cuerpo para el estudio morfológico en las facultades de medicina que ayuden a la formación de los futuros médicos.

El placer epicureo

Las sociedades donde prima la cultura hedonista, donde la competitividad y el culto al cuerpo es un dogma a imitar, moralmente tiene mucho que desear. La búsqueda del placer por el placer vulgariza los sentidos de los individuos.
Epicuro enseñaba que el placer es el fin supremo del hombre y que todos nuestros esfuerzos deben tender a conseguirlo. Dicho de esta manera, que suena a materialismo prosaico, a Epicuro se le interpretó equivocadamente y sus contemporáneos le tacharon de cerdo filosófico. Su pensamiento era mucho más elevado; el placer no consistía en los goces materiales de los sentidos, sino en el cultivo del espíritu y la práctica de la virtud. No considerando el placer un fin, sino un medio ético para alcanzar la estética del conocimiento de todo lo bello.

Corazón corazón

En ti se han inspirado toda clase de poetas líricos, rapsodas, fantásticos y soñadores. A lo largo de la historia te han mistificado hasta la locura, idealizándote quiméricamente. Amores inmortales de la historia y de la literatura murieron por ti, unos de inanición y otros de romántica desesperación. Parejas como: Los Amantes de Teruel, Romeo y Julieta, Marco Antonio y Cleopatra, don Juan Tenorio y doña Inés, Calixto y Melibea, y un largo etcétera. Que dejaron una impronta de oro en el Libro del Amor Universal.
Pero la realidad es desgraciada o afortunadamente más pueril. El doctor Barnard en 1967 hizo el primer trasplante de corazón, y todos los esquemas se nos vinieron abajo, demostrando que eres una víscera muscular hueca cuya misión es la de bombear, propulsando la sangre por las arterias y venas. A grandes rasgos, te divides en dos partes separadas, el corazón derecho y el izquierdo, que comprenden cada cual una aurícula y un ventrículo que se comunican. La sangre de las venas de la circulación general llega a tu aurícula derecha, y de allí pasa a través de la válvula tricúspide a tu ventrículo derecho, que la envía a los pulmones, donde regenera oxigenándose. Para luego de los pulmones se dirige a tu aurícula izquierda que ingresa por el orificio mitral a tu ventrículo izquierdo, del cual, por la aorta, pasa al resto del cuerpo suministrándole la nutrición necesaria para el acto de la vida.
Hagamos caso omiso de ésta, tu prosaica realidad, y seamos capaces de seguir amando y soñando, en tu nombre, corazón.

Época de crisis

Tal situación es el estado actual de las sociedades donde las dos grandes causas de la degradación de los hombres son la polarización entre la pobreza y la riqueza. Las recesiones económicas a nivel mundial, que periódicamente se provocan, no hace más que demostrar que se vive en la paradoja de que la crisis nacen de la abundancia, “de un mundo puesto al revés”. El mercantilismo, que representan las multinacionales, herederos sociológicos del mayor de los fariseísmos, con su poder económico, se esfuerzan en educar a las gentes que componen la sociedad, en el principio siguiente. o te a provechas de tu prójimo o se aprovecha él, aprende a preocuparte a tener lo tuyo sin pensar en los demás, si te arrastras ante los poderosos y eres complaciente con ellos, quizás conserves tu status social y a lo mejor puedas hacer carrera y llegar a burgués”. Semejante psicología de ánimo sólo puede existir en un cuerpo social, moralmente enfermo, como el falaz consumo, de la sana ambición social se da paso a la egoísta ambición personalista en el esfuerzo por perpetuar la identidad de las cosas.
Cual materialismo vulgar nos halaga los sentidos ofreciéndonos una gran mesa de comensales, vestida con blancos y relucientes manteles a donde acuden toda clase de individuos con un apetito devorador, deslumbrados, cegados a su vez en sus conciencias por toda una variedad de viandas, por las luces de neón y toda una parafernalia que conlleva. Con toda una caterva de personajes que niegan el cambio en justa retribución de los bienes materiales. Mercaderes, y lacayos diplomados a favor del sistema establecido. Individuos obsesionados con la idea, en su propio interés, de que el ser humano no tiene remedio, que es egoísta por naturaleza. Que la igualdad de deberes y derechos, en la fraternidad y la libertad es una utopía, cosas de locos, de iluminados.